Eso es probablemente lo que incita a iniciarlo.
Para empezar, un poema esencial de un libro de cabecera y una foto de un "inicio": amanece en Penyagolosa.
Nada es lo mismo
La lágrima fue dicha...
el llanto
y empecemos de nuevo,
con paciencia,
observando las cosas
hasta hallar la menuda diferencia
que las separa
de su entidad de ayer
y que define
el transcurso del tiempo y su eficacia.
¿A qué llorar por el caído
fruto,
por el fracaso
de ese deseo hondo,
compacto como un grano de simiente?
No es bueno repetir lo que está dicho.
Después de haber hablado,
de haber vertido lágrimas,
silencio y sonreíd:
Nada es lo mismo.
Habrá palabras nuevas para la nueva historia
y es preciso encontrarlas antes de que sea tarde.
"Palabra sobre palabra"
Ángel González
Ángel González