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domingo, 12 de diciembre de 2010

Valientes (II)




Esta es la segunda entrada dedicada a los ejemplos de coraje femenino de los que he sido testigo en los últimos tiempos. 
Las mujeres a las que me refiero confirman que, junto al horror, convive en nosotros esa capacidad para conformar el mundo y nuestra vida: una pelea siempre perdida y ganada a la vez.

En un poema excepcional, refiriéndose a un niño no nacido, Carlos Marzal escribe: "no intuyes...de qué furiosa raza formas parte".



                                  (Para Pau, que me ha oído recitarle este poema antes de que naciera)
Nasciturus
Mientras ocupas de aposento el agua, 
y en el amor del agua te abandonas 
a tu despreocupada travesía, 
como pompa de jabón quimérico, 
sin memoria de ti ni de este mundo, 
perteneces al mundo en su memoria, 
porque en la tierra firme alguien te sueña. 

En germen, y ya en marcha, 
en esbozo, y ya en obra,
                                       mientras duermes
en el conjetural jardín de la inocencia 
y al egoísmo de vivir te aplicas, 
eres la historia entera de los hombres, 
metáfora de todo lo increado, 
ascua de certidumbre en lo imposible. 


Has negado la nada, aun siendo nadie, 
has abrazado el ser, sin ser tu mismo;
en la fragilidad de tu letargo, 
se gesta, inquebrantable, nuestro orgullo, 
nuestro destino en pie, 
nuestra disposición a las alturas. 


Al mecerte 
en tu oquedad marítima, no intuyes 
de qué indómita herencia ya eres dueño, 
de qué furiosa raza formas parte. 


Algo que desconoces te ha forjado 
alegre en el dolor, sabia en la noche, 
criatura fluvial, 

                             allá en tu limbo. 


Carlos Marzal



1 comentario:

  1. Estoy segura que te acabas de ganar un beso de Pau, aunque tendras que esperar aun un poco, de momento los besos son solo para mi ;)
    Gracias, creo que para que Pau pueda ver la bonita dedicatoria, la imprimiré y la pondré en su libro del bebé.
    Muaaaaaak

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